martes, 24 de septiembre de 2013

LA TORERIA DE PICAZO Y LA PINTURERIA DEL CALIFA SE ELEVARON EN LAS MONTAÑAS ANDINAS


Tovar, feria de toro y toreros de cartel, es la cita más taurina de la geografía nacional. Este año Picazo y “El Califa” dejaron sello de toreros de gran cartel, junto a la ganadería de “Paispamba”

por: Antonio Arteaga “Arteaguita” - El Periodiquito - Maracay

La feria de Tovar, la más antigua y añeja de la geografía del toreo nacional, sirvió para
que  se catapultaran en la cima del bello arte de “Cúchares” dos toreros de ferias grandes, quienes con sus inmaculadas formas de interpretar el toreo bueno - ese que atesoran los “elegidos” en la tauromaquia- contagiaran de buen gusto a los verdaderos aficionados, que cubrieron los escaños de La Sultana del Mocotíes en Mérida, “La Ciudad de los Caballeros” y Las cinco Águilas Blancas. Ellos: por España, Gabriel Picazo, embutido en un bello terno palomo y plata; y Hassan Rodríguez “El Califa de Aragua” enfundado en un traje rosa y oro, sellaron con ribetes de oro fino, faenas que se quedaron tatuadas en el recuerdo de quienes llenaron los escaños del policromático coliseo del Llano

Como un torbellino, llegó el clásico Gabriel Picazo, para presentarse en Tovar, ante una arrogante corrida de “Paispamba”, con astados para hombres dispuestos a jugarse la vida en busca de la gloria para cruzar a hombros el dintel del La Puerta Grande. Dos toros de distintas acometidas; un burriciego que perdía los engaños; y uno enrazado y encastado que exigía torería y dominio, Y, allí surgió la torería, suavizando con templados pases por bajo, para atemperar la brusquedad del animal. El peligro en cada tanda se fue perdiendo por el dominio del torero, y rompió la música de “Puerta Grande” esa que cruzó a hombros cuando le concedieron los dos apéndices, mientras le honraban al bravo toro con el arrastre lento.
Foto: Germán D´Jesús





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