domingo, 15 de septiembre de 2013

SEGUNDA DE FERIA EN TOVAR

                                                                            foto: J. Cepeda


por: Victor Ramirez “Vitico”

La segunda corrida de la feria de Tovar pasarà, sin duda, a la historia del toreo en Venezuela; lamentablemente de forma negativa, ante la actitud que tomó la Defensorìa del Pueblo contra el novillero Jesús Enrique Colombo a quien no se le quería permitir torear; pero ante la actitud del joven torero y el público, dicha pretensión no pudo llevarse a cabo.

Abriò plaza el colombiano Sebastiàn Vargas que se mostrò enterado y con oficio. Buenas verònicas en el saludo a su primero y lucido tercio de banderillas compartido con Iván García. Firme y dispuesto, el espada colombiano logro algún muletazo de mérito, pero el toro sin recorrido y con peligro sordo, no le dejó pasar de las buenas formas. Falló con los aceros.
Ante el quinto, Vargas volvió a compartir tercio de banderillas; esta vez con El Califa de Aragua al que no invitò en su primer toro, quizas por no saber que el venezolano es rehiletero tambièn. En este toro, Vargas demostrò aplomo, oficio y buenas maneras. Le costò acoplarse pero cuando lo hizo, ligò una superior tanda de naturales. Tras estocada y descabello el pùblico no se pronunciò.

Iván García tuvo en sus manos el triunfo grande ante su primero, al que toreò de forma excelente a la verònica en lances de bella composiciòn, de estético trazo, de hondo concepto. Tras un excelente quite por chicuelinas y un vistoso tercio de banderillas en uniòn de sus compañeros, García brindò la muerte del toro a Jesús Enrique Colombo. Gran faena del madrileño, cuajando varias series de perfectos derechazos, largos, de mano baja, rítmicos, templados y con gusto. Aunque por el pitòn izquierdo el toro no tenía el mismo recorrido, García sacò varios naturales de firme trazo. Se rajò “Agradecido” y el español alargò la faena ante la peticiòn de indulto, a todas luces desaforada. Perdiò tiempo valioso y a la hora de entrar a matar cobrò una estocada atravesada que tardò en hacer efecto y al fallar con el descabello, escuchò dos avisos.
No tuvo opciòn con el manso segundo de su lote, con el cual solo pudo porfiar en vano.





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